Los sistemas fotovoltaicos en las azoteas de edificios han aumentado de manera exponencial durante la última década. Una mejor tecnología, beneficios fiscales en todos los niveles
gubernamentales, e incentivos financieros ofrecidos por las empresas de servicios públicos han contribuido a que los propietarios comiencen a darse cuenta de que “esto tiene sentido” e instalen sistemas fotovoltaicos (FV) en o sobre sus edificios.
Pero la revolución FV tiene un aspecto negativo también. Si bien las reglas para la instalación de estos sistemas se han concentrado siempre en la misión principal de protección contra incendios y descargas eléctricas del Código Eléctrico Nacional, la naturaleza única de un sistema no puede apagarse (a diferencia de cuando se puede llamar a la empresa de servicios públicos local y solicitarle que "corte" la energía en un edificio) y el riesgo que le presenta a los socorristas ha generado la necesidad de mejorar la seguridad de estos sistemas cuando existe una respuesta de emergencia. Si bien las características de acceso y de marcado tales como aquellas descriptas en el Capítulo 11 de NFPA 1, Código de Incendios, pueden mejorar la seguridad de los socorristas, se encuentran a disposición otras medidas para aumentar aún más la seguridad.
El NEC ha incluido requisitos de seguridad para los sistemas FV desde la edición de 1984, y el NEC 2011 trata el tema con la inclusión de requisitos más firmes que cubren la identificación, ubicación y tipo de método de cableado para los conductores FV instalados sobre y dentro de edificios. Además, los nuevos requisitos sobre protección contra falla de arco de corriente directa buscaron intentar que el sistema FV no se convierta en una fuente de ignición. Estos requisitos fueron desde luego actualizaciones de seguridad, pero la cabeza del monstruo estaba aún viva. ¿Cómo podría inhabilitarse el sistema FV completo de modo que los bomberos eliminen el riesgo de encontrarse con una azotea llena de equipos y conductores energizados?
El NEC 2014 contiene un nuevo requisito que brinda una solución para este problema: “apagado rápido”, un dispositivo que puede reducir rápidamente la salida de energía de un sistema FV. Para los bomberos, esto significa que un plan previo al incidente para un edificio puede ahora incluir la ubicación del dispositivo de apagado rápido, y cuando se activa esta característica, la energía se reduce a un nivel que no presenta riesgo de descargas eléctricas o quemaduras para los socorristas si toman contacto inadvertidamente con un equipo FV mientras llevan a cabo las operaciones para el combate del incendio sobre el techo de un edificio.
Dentro de los 10 segundos de su activación, el sistema de apagado rápido reduce el nivel de voltaje a un máximo de 30 voltios, y la energía total en el sistema no supera los 240 voltioamperios, niveles que mitigan los riesgos de descargas eléctricas y quemaduras eléctricas. Esta reducción en la energía debe ocurrir en los conductores del sistema FV que se encuentran a más de 10 pies (3 metros) del arreglo o en los conductores interiores del sistema FV que están ubicados a más de 5 pies (1,5 metros) de donde ingresan al edificio, ya que una zona de riesgo puede aún existir en las cercanías de los módulos FV.
Algunas jurisdicciones han adoptado el NEC 2014, pero han retrasado la implementación de este requisito a la espera de contar con un paquete certificado, o listado, completo que permita un apagado rápido. Otras jurisdicciones han elegido implementar de inmediato este requisito y utilizar productos tales como inversores de cadena interactivos con la empresa de servicios públicos y micro inversores para alcanzar el resultado que se tiene como objetivo.
La energía eléctrica solar es una tecnología impresionante que está cumpliendo con la demanda siempre creciente de contar con fuentes de energía eléctrica asequibles, confiables y sustentables. Los riesgos únicos que pueden presentar los sistemas en azoteas al servicio de bomberos están siendo tratados a través de enfoques detallados y pragmáticos en el NEC. Este proceso continuará evolucionando en revisiones posteriores del NEC de modo que todos, incluidos los bomberos, puedan mirar hacia las azoteas y estar tranquilos de que existe una fuente segura y sustentable de energía eléctrica.
Jeffrey Sargent es especialista regional en el código eléctrico para la NFPA.