La reducción de riesgos comunitarios, o RRC, como se conoce a menudo, implica la recopilación y el análisis de un inmenso caudal de datos de la comunidad con el fin de identificar los mayores riesgos del lugar para los residentes y encontrar potenciales maneras de minimizar esos riesgos. Sawyer sabía que su organización disponía de un gran bagaje de datos comunitarios—de los informes anuales y en su mayoría no utilizados—y pensó que la RRC podría marcar la diferencia en algunos de los barrios más conflictivos de Filadelfia—lugares donde la pobreza y los altos índices de incendios residenciales parecían ir de la mano y en los que las soluciones no eran fácilmente identificables.

"Escribí un memorándum al comisario del cuerpo de bomberos de ese entonces, diciendo que creía que la reducción de los riesgos comunitarios era una buena manera de involucrar a la comunidad, abordar los riesgos y desarrollar, tal vez, algunas asociaciones significativas para que podamos hacer un mejor trabajo al servicio de las necesidades de nuestra ciudad", dijo Sawyer en una entrevista con NFPA Journal. "Ese memorándum quedó en su escritorio durante un tiempo, pero finalmente lo desempolvó y empezamos a recorrer ese camino".

En 2014, ese camino vio a Sawyer ascender hasta convertirse en comisario del cuerpo de bomberos de Filadelfia. En los últimos años también ha se ha desempeñado como director del cuerpo de bomberos en Trenton, Nueva Jersey, y el pasado mes de septiembre fue nombrado jefe del cuerpo de bomberos del municipio de Upper Darby, una comunidad de aproximadamente 80,000 habitantes, situada justo al oeste de Filadelfia. Durante el trayecto, ha apostado fuertemente por la RRC con resultados impresionantes, entre los que se incluyen significativos descensos anuales de incendios y víctimas fatales muertes por incendio en West Filadelfia, uno de los vecindarios más propensos a incendios de la ciudad.

Sawyer ha formado parte del comité técnico de la nueva NFPA 1300, Norma sobre Evaluación de Riesgos Comunitarios y Elaboración del Plan de Reducción de Riesgos Comunitarios, y tanto en Trenton como en el municipio de Upper Darby, sus organizaciones participaron en un programa piloto de una nueva herramienta que consiste en un panel de datos (data-dashboard) que NFPA ha creado para contribuir con los cuerpos de bomberos de todo el país en el desarrollo de planes de reducción de riesgos en las comunidades. Tras dos años de pruebas exhaustivas, se prevé que la herramienta comience a funcionar en julio. Puede obtener mucha más información en el evento de la Serie de Conferencias del 125° Aniversario de NFPA sobre RRC, programado para el 20 de julio.

serie rrc

Con la amplia difusión del concepto RRC en los últimos años—y la casi tan amplia difusión de conceptos erróneos sobre RRC—, NFPA Journal se reunió con Sawyer para conversar sobre algunas de las lecciones que ha aprendido durante su extensa travesía con RRC, y sobre cómo los cuerpos de bomberos, grandes y pequeños, pueden traducir los datos de la comunidad en un plan que pueda impulsar un cambio significativo.

En primer lugar, he oído definir la RRC de muchas maneras. ¿Cómo la define usted?
El concepto consiste básicamente en aprender sobre la comunidad a la que se presta servicio de una manera más estrecha. Eso implica descubrir los distintos riesgos de la comunidad examinando diferentes sets de datos e informes de incidentes, para luego decidir qué riesgos son importantes para ti y para tu comunidad y elaborar un plan para abordar esos riesgos.

Antes de que usted contribuyera a la implementación de la RRC en Filadelfia, ¿cómo utilizaba el cuerpo de bomberos sus datos sobre incendios e incidentes?
Siempre hemos hecho un buen trabajo de seguimiento de los datos en Filadelfia, pero no los utilizábamos en toda su extensión. Todos los años teníamos un informe de fin de año en el que se enumeraba la cantidad de veces en que cada estación acudía, el tipo de esos itinerarios, el tipo de incendios, cuántas personas habían muerto, cómo habían muerto, etc., etc. Teníamos todos estos datos, pero no sabíamos cómo extraerlos y utilizarlos para abordar el riesgo en general. Enviábamos este impresionante informe a los medios de comunicación, pero no hacíamos mucho para realmente precisar por qué teníamos esas cifras o qué hacer al respecto.

Creo que son muchos los cuerpos de bomberos que están en esa situación—cuentan con una gran cantidad de datos, pero les cuesta traducirlos en algo significativo. ¿Cuál es un buen primer paso?
Después de obtener los datos, el siguiente paso es determinar lo que dicen, lo que significa realizar una evaluación completa de los riesgos de la comunidad. Y esa es la parte donde creo que muchos jefes o bomberos se pierden. ¿Por dónde empezar? Hoy en día, NFPA 1300 puede guiarlo por el proceso paso a paso. Hace años, en Filadelfia, trabajamos con un grupo de consultores y nos trazaban la hoja de ruta sobre lo que debíamos buscar, dónde estaban los riesgos y qué tipos de riesgos existían. Si su organización es muy pequeña y sin muchos recursos, podría no tener el dinero para hacer eso, así que ¿qué hacer entonces? Al principio, es útil tomar los datos y organizarlos en algún tipo de formato, ya sea que se categoricen por riesgo, por infraestructura, o por edad, tipos de emergencia, víctimas fatales o tipos de víctimas fatales—simplemente se ponen todos juntos y se ve luego qué es lo que dicen. Una vez hecho eso, probablemente se observarán algunas tendencias. La herramienta del panel de datos de NFPA es muy útil, tanto para la recopilación de datos como para ayudarle a organizarlos.

Una vez que se empiezan a identificar las tendencias, hay que decir: "Bien, sabemos que tenemos X, Y y Z, pero ¿qué queremos hacer al respecto? O,"¿Podemos hacer algo al respecto? Es posible que no se pueda hacer nada si no se tienen los recursos. Entonces, la parte de la planificación llega casi al final, después de haber efectivamente confeccionado su evaluación.

¿Cuál es el problema de hacer una RRC sin pasar por el proceso de evaluación de los riesgos de la comunidad?
Buscar una solución rápida y saltarse los pasos puede ser un problema por varias razones. Por ejemplo, si parece que muchos niños se caen de la bicicleta en tu comunidad y sufren lesiones en la cabeza, puedes decidir poner en marcha un programa de RRC para comprar muchos cascos de bicicleta y repartirlos entre los niños. El problema es que no has hecho ninguna investigación para saber dónde se producen estos accidentes y no has desarrollado ningún tipo de sistema de evaluación. Has repartido 100 cascos de ciclista, pero si alguien dice: ‘Es estupendo, ¿cuál es el impacto?’ —pues bien, no lo sabes. Solo por haberlo identificado como un riesgo, si no ha llevado a cabo una investigación, hace que todo el esfuerzo sea nulo e inválido debido a que no se puede demostrar el valor que ha añadido a su comunidad. Eso es lo que muchas veces falta. Si el proyecto se hace correctamente, al final se puede demostrar el valor agregado, lo cual es muy importante, especialmente en un momento en el que los cuerpos de bomberos están recortando sus presupuestos.

Denos un ejemplo de cómo es este proceso en el mundo real. ¿Qué tendencias observó en Filadelfia cuando finalizó la evaluación de riesgos de la comunidad?
Al llevar a cabo la evaluación de riesgos de la comunidad, observamos que la mayoría de las personas morían en incendios ocurridos entre la 1 a. m. y las 5 a. m. Identificamos a los adultos mayores como las víctimas más frecuentes, e identificamos las áreas de la ciudad donde vivían. Notamos también que un factor importante en muchas de estas víctimas fatales era que los habitantes de estas áreas no tenían detectores de humo que funcionaran. Pero los residentes raramente nos llamaban para la verificación de las alarmas o para adquirir nuevas. En parte porque no sabían que teníamos estos recursos, y en parte porque no sabían que no estaban seguros. Así que decidimos implementar un plan integral para transmitir el mensaje de que podemos proveerles las herramientas que necesitan para estar seguros.

¿Cómo lo hicieron?
Una vez que identificamos las áreas de riesgo elevado, salimos y celebramos reuniones comunitarias en esos vecindarios para educar a la gente. Colocamos folletos e información sobre el riesgo en sus puertas y empezamos a publicar anuncios para que supieran que teníamos recursos para ellos, como alarmas de humo gratuitas. Repartimos información sobre seguridad contra incendios y estas listas de verificación de la seguridad contra incendios de una sola página y les dijimos que si marcaban todas estas casillas, su probabilidad de sufrir un incendio se reduciría drásticamente. Y como les proporcionábamos alarmas de humo que funcionaban para todos los niveles de sus viviendas, si se producía un incendio, era mucho más probable que salieran con vida.

¿Pudieron medir el impacto de ese esfuerzo?
Absolutamente. Ese año de la prueba piloto, no hubo ninguna víctima fatal por incendio en el área de West Filadelfia, donde llevamos a cabo esa prueba piloto y se redujo en un 37 por ciento la cantidad de heridos por incendio. Hubo también 50 por ciento menos de incendios en el área, y una reducción de las operaciones de respuesta de los bomberos. Anecdóticamente, antes de que empezáramos a hacer esto, nunca recibíamos llamadas por alarmas de humo hasta que alguien del vecindario sufría un incendio. Pero una vez que los residentes comprendieron mejor el riesgo, y una vez que supieron que contaban con estos recursos sin costo alguno, más personas comenzaron a llamarnos y eso realmente nos ayudó a abordar ese riesgo.

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Derrick Sawyer, entonces comisario del cuerpo de bomberos de Filadelfia, hace declaraciones durante un evento para la entrega de alarmas de humo gratuitas a residentes de un vecindario de riesgo elevado. 

 

Eso es increíble. Pero para llegar a eso, tuviste que hacer un arduo trabajo preliminar.

Esa es la parte difícil, consolidar un plan después de tener los datos. Creo que algunas personas tienen miedo de dar ese salto de fe; piensan que es una tarea realmente enorme. Y así lo parece cuando se empieza. Pero la parte más difícil es justamente la del principio, el reunir todo el material. Una vez que se ha llevado a cabo la evaluación de los riesgos en la comunidad, todo lo demás es un juego de niños, porque entonces lo único que hay que hacer es actualizarla todos los años. La primera vez, sin embargo, sí es complejo. Pero vale la pena. Antes de empezar con este enfoque de evaluación de riesgos comunitarios, teníamos un enfoque más disperso. Pusimos alarmas de humo por todas partes y no vimos ningún tipo de logro. Pero una vez que nos ahondamos en el nivel del vecindario, descubrimos las principales causas de ignición y de mortalidad por incendio, pudimos centrarnos en eso con un plan específico y vimos resultados.

Sé que ha sido jefe de bomberos en el municipio de Upper Darby solamente desde septiembre, pero ¿ya ha implementado allí un programa RRC?
Llevo aquí solamente 189 días, pero estamos en el proceso de elaboración de un documento formal, y una vez que esté terminado, lo compartiremos con el alcalde, el funcionario administrativo general, la gerencia responsable del manejo de emergencias, la policía y el resto de las agencias para ver cómo podemos trabajar juntos para mitigar cualquiera de los riesgos que hemos identificado durante este proceso.

En Filadelfia contrató a un consultor para que le ayudara con los datos. ¿Ha hecho eso en el municipio de Upper Darby o lo está haciendo usted mismo?
Imagino que muchas jurisdicciones más pequeñas no tendrían los fondos para contratar ayuda externa.

No hemos tenido que contratar a un consultor, porque hemos podido participar en un programa piloto con NFPA que nos brinda acceso a un panel de datos de evaluación de los riesgos de la comunidad para ayudarnos a empezar a formalizar un programa de riesgos en la comunidad. El panel de datos nos ha provisto de datos de alta calidad—el mismo tipo de información que obtuvimos de un importante grupo de consultores, pero podemos obtenerla a un menor costo o de manera gratuita por formar parte del programa piloto. También hemos recurrido a NFPA 1300 para que nos asista como guía durante el proceso.

¿Cómo han contribuido la norma y la herramienta del panel de datos en el proceso de evaluación de riesgos de la comunidad en el municipio de Upper Darby?
La norma le ofrece una buena guía sobre por dónde empezar, qué tipo de datos quiere buscar y cómo reunirlos todos para comenzar a redactar el documento. Desglosa el proceso de datos de la comunidad en cubos como demografía, nivel de educación, nivel de pobreza—todas esas cosas que necesita saber sobre su comunidad—y le indica cómo ordenarlas en la secuencia adecuada para empezar a elaborar un documento formal.

El panel de datos le proporciona los datos y le ayuda a organizarlos y visualizarlos. Le ofrece estos mapas de calor que muestran dónde están sus diferentes datos demográficos: dónde viven los adultos mayores, dónde viven niños en la pobreza, el nivel de educación en los vecindarios empobrecidos de la comunidad, etc. Y luego puede tomar sus datos de respuesta a emergencias y superponerlos en esos mapas, de manera que pueda ver tendencias como dónde ocurren la mayoría de los incendios. Lo interesante es que la mayoría de las veces se descubre que la mayor cantidad de incendios e incidentes de emergencia se producen en las áreas con mayores vulnerabilidades sociales.

¿Ha descubierto ya algo revelador al analizar los datos del municipio de Upper Darby?
Algo sorprendente para mí fue la cantidad de niños que viven en la pobreza. Uno pensaría que estando en los suburbios de las afueras de Filadelfia no tendríamos los mismos problemas que en la gran ciudad, pero la realidad es que sí. En algunos casos, los padres no pueden costear a una guardería, por lo que dejan a sus hijos solos en la vivienda y es entonces cuando se puede ver cómo aumentan los incendios o accidentes por tropiezos y caídas debido a que están jugando sin ser atendidos. Esto le añade más riesgo a su comunidad.

¿Qué se puede hacer con esa información? Un cuerpo de bomberos no puede exactamente resolver el problema de la pobreza, ¿verdad?
No, pero puede asociarse con otros organismos para abordar algunas de esas cuestiones. Se puede analizar cómo puedes trabajar con ellos para ayudarles a conseguir recursos para las familias, para reducir ese riesgo para la persona y mejorar su respuesta.

Por ejemplo, el distrito escolar local colaboró con nosotros brindándonos capacitación sobre atención informada del trauma—los niños que viven en la pobreza pueden sufrir abusos u otras experiencias que les causan traumas mentales. Uno de los niños con los que trabajamos, por ejemplo, salía del aula cada vez que oía las sirenas porque le provocaban recuerdos y experiencias muy negativas. Entonces, cuando uno se presenta haciendo sonar la sirena, diciéndoles que hagan esto y aquello, podrían no reaccionar como uno espera. ¿Cómo te diriges a esos niños cuando respondes a una emergencia? Hay que tener cuidado al hacer suposiciones.

Otro buen ejemplo es el acaparamiento, que es un problema en muchas comunidades. No es algo que uno pensaría que el cuerpo de bomberos abordaría, pero al trabajar y asociarse con el departamento de salud para obtener información sobre acaparamiento para nuestros bomberos, podemos estar preparados para abordar esto con los residentes si vamos a estos hogares, y eso podría un poco conducirnos hacia su traslado para la obtención de alguna ayuda.

Parece que la RRC no puede solo limitarse al cuerpo de bomberos. Hay que realmente comprometer e involucrar a los demás organismos de su comunidad.
Sí, ese es un componente muy importante. ¿Cuáles son las otras agencias con las que puede asociarse para hacer la tarea? No tenemos todos los recursos. Muchos cuerpos de bomberos tienen escasez de fondos, especialmente cuando se trata de una organización combinada o de un cuerpo de bomberos voluntarios. Si no se asocia con estas otras agencias, no va a poder mitigar muchos de estos riesgos.

¿Tiene algún sabio mensaje de despedida para los jefes de bomberos o los cuerpos de bomberos que se inician en el camino de la RRC?
No hay que hacerlo solo. Hay que empezar preguntando: "¿Con quién puedo asociarme para colaborar? Busque en su comunidad y en su organización. Cuenta con un departamento de planificación que puede hacer parte de ese trabajo. Hay facultades y universidades con las que puedes asociarse y que están dispuestas a emprender el proyecto. Hay muchos estudiantes de maestrías que suelen estar dispuestos a hacer parte de esa investigación para usted o la parte de la evaluación, reuniendo datos para usted como un proyecto para la escuela para que puedan graduarse. Y mire dentro de su organización para determinar las habilidades de las personas. Hay muchas personas en el cuerpo de bomberos con un montón de habilidades que no aprovechamos—tenemos muchos bomberos jóvenes que llegan a la organización con numerosas habilidades. Tal vez puedan reunir los datos o elaborar planillas. Y dé un vistazo a NFPA 1300 y al panel de datos—NFPA 1300 describe todos los pasos que usted necesita.

JESSE ROMAN es editor asociado en NFPA Journal.