El 15 de junio, el Museo de Historia Natural de la Universidad Federal de Minas Gerais y el Jardín Botánico de Belo Horizonte, Brasil, situado aproximadamente a unas 200 millas al norte de Río de Janeiro, sufrió lo que la revista Smithsonian Magazine informó como "pérdidas significativas" después de que un incendio arrasara el museo, que data de la década de los veinte y albergaba unas 260,000 piezas históricas. El 18 de julio, un incendio en la Catedral de San Pedro y San Pablo, en la ciudad noroccidental de Nantes, Francia, causó, según se informa, grandes daños en el interior de la iglesia del siglo XV.
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Ambos incidentes rememoraron eventos similares recientemente ocurridos en los mismos países. En abril de 2019, la Catedral de Notre-Dame de París, de una antigüedad de 850 años, fue dañada tan seriamente por un incendio que estuvo a punto de derrumbarse, y los expertos dicen que podría llevar cuatro décadas restaurar la estructura a su anterior belleza. En septiembre de 2018, un incendio provocado por un aire acondicionado defectuoso destruyó el Museo Nacional de Brasil de Río de Janeiro, de 200 años de antigüedad, y destruyó millones de invaluables piezas históricas. Las llamas se sintieron como "un nuevo genocidio", dijo al New York Times un indígena brasileño, cuyas piezas históricas de la tribu se perdieron en el incendio.
Los incendios en propiedades históricas o culturalmente significativas no son un problema solamente en Francia o Brasil. "Está sucediendo en todas partes", dijo Didier Schutz, un ingeniero francés de la compañía global de reaseguros SCOR. De memoria, enumeró más de una docena de incendios de este tipo que ocurrieron en la última década, entre ellos incendios en China, India, Reino Unido y Estados Unidos.
Pero en Francia, en particular, los incendios de edificios históricos parecen ocurrir con bastante regularidad. Justo un mes antes del incendio en Notre-Dame, otro incendio dañó la Iglesia de Saint-Sulpice de París, del siglo XVII. Julien Kiwior, suscriptor francés de la aseguradora HDI Global SE, estudió el fenómeno para su tesis de maestría el año pasado. En su trabajo enumera 21 incendios de edificios históricos ocurridos en Francia solamente en 2019. Las causas, dijo Kiwior, generalmente están relacionadas con sistemas eléctricos, calderas, chimeneas o incendios intencionales.
Después del incendio del Museo Nacional, ocurrido en Brasil hace dos años, NFPA Journal entrevistó a Don Moeller, un consultor de ingeniería de seguridad contra incendios con sede en California y presidente del comité técnico de NFPA 914, Código para la Protección contra Incendios de Estructuras Históricas. En ese momento, dijo que esperaba que el incidente tuviera "un gran impacto en la percepción del público sobre la necesidad de dar prioridad a la seguridad contra incendios" en las estructuras históricas.
NFPA Journal volvió a contactar recientemente a Moeller para debatir sobre los últimos incendios ocurridos en Brasil y Francia, si piensa que el incendio del Museo Nacional de 2018 efectivamente tuvo un impacto, y qué desafíos quedan para prevenir pérdidas de edificios históricos por incendios.
Mientras veías las noticias sobre estos más recientes incidentes—el incendio de la catedral de Nantes y el incendio del museo de Belo Horizonte— ¿qué pensabas?
La pérdida de estos tesoros culturales es una absoluta tragedia. Estas propiedades históricas y las piezas allí albergadas no pueden ser reemplazadas, y su destrucción es una pérdida para nosotros y para las generaciones futuras. Es importante para nosotros saber qué sucedió antes de nuestra llegada y apreciar y aprender de los esfuerzos de nuestros predecesores.
Parece que en Francia ocurren muchos de estos incendios. ¿Hay países que tienen un penoso historial en lo que respecta a incendios de edificios históricos?
Ciertamente, algunos países tienen diferentes prioridades, o capacidades, cuando se trata de preservar recursos históricos o culturales, pero no creo que las razones de estas pérdidas puedan asignarse a países específicos o a los gobiernos de esos países. Cada incidente representa un conjunto individual de circunstancias, y parece que a todos nos toca, lamentablemente, experimentar pérdidas como estas. Señalar un área en particular puede hacer que algunos se sientan mejor acerca de su propia situación, pero puede suceder en cualquier lugar, y esa es quizás la mayor enseñanza. Todos necesitamos estar preparados.
¿Cuáles son las principales causas de incendios en estos edificios?
El impacto de las actividades de construcción es enorme. En muchos de los incendios de magnitud sobre los que he leído o escuchado, las actividades de construcción—en particular, el trabajo en caliente—son una presunta causa. Durante cualquier tipo de actividad de construcción es, ciertamente, cuando una propiedad es más vulnerable a una gran pérdida. Pero hay muchas otras causas, como el envejecimiento de los sistemas eléctricos y los incendios intencionales.
¿Cuáles son algunas de las maneras en que estas propiedades pueden ser mejor protegidas contra incendios?
Los sistemas automáticos de protección contra incendios debidamente instalados y mantenidos constituyen un buen comienzo, en particular los sistemas de supresión automática, como rociadores o sistemas del tipo de agua nebulizada. Los sistemas que dependen menos de una respuesta humana son, normalmente, más eficaces. Esos sistemas que sí dependen de una respuesta humana deberían tener esa respuesta bien desarrollada, practicada e implementada, porque la falla humana en la cadena de respuesta es un rasgo común en muchas de las significativas pérdidas por incendio.
¿Qué impide la implementación de estas medidas de protección?
Históricamente hablando, los administradores de propiedades de recursos culturales se han mostrado reacios a instalar sistemas de supresión automática por temor a causar daños durante la instalación o daños por mal funcionamiento. Pero la realidad es que la fiabilidad de los sistemas actuales es bastante buena. Habiéndose constatado eso, creo que la percepción del riesgo por parte de los administradores de propiedades ha ido evolucionando en los últimos años. Vemos que la mayoría de ellos respaldan mucho más la instalación de sistemas de supresión de incendios, tales como rociadores, de lo que lo han hecho en el pasado. La educación continua de los administradores de propiedades en relación con el problema de los incendios y las opciones de protección es clave para mantenerse en la dirección correcta.
¿Cómo pueden los recursos y documentos de NFPA ser de utilidad?
Muchos años de experiencia de la industria con prácticas de protección eficaces se ven reflejados en varios códigos y normas de NFPA, que pueden constituir un excelente punto de partida para la elaboración de un programa de protección para cualquier instalación histórica o culturalmente significativa. Para la seguridad de las instalaciones en general, contamos con NFPA 909, Código para la Protección del Patrimonio Cultural—Museos, Bibliotecas y Lugares de Culto, y NFPA 914, Código para la Protección contra Incendios de Estructuras Históricas. Además, respecto de normas de instalación de sistemas específicos, tenemos NFPA 13, Norma para la Instalación de Sistemas de Rociadores; NFPA 72®, Código Nacional de Alarmas de Incendio y Señalización; y NFPA 750, Norma sobre Sistemas de Protección contra Incendios de Agua Nebulizada. NFPA también cuenta con una abundante cantidad de recursos para capacitación o recomendaciones sobre fuentes de información adicionales.
¿En qué ciclo está NFPA 914 y si se ha hecho algún cambio notable recientemente?
Actualmente estamos trabajando a partir de la edición 2019 de NFPA 914. Siempre nos esforzamos por mantener el texto y las referencias actualizadas, coordinadas y aplicables. Los cambios recientes en el código han incluido un mayor enfoque en la seguridad y la resiliencia a desastres de las propiedades de recursos culturales.
La última vez que hablamos, justo después del incendio del Museo Nacional ocurrido en Brasil. Entonces, esperaba que el incidente sirviera como una especie de momento decisivo para cambiar el problema global de los incendios de edificios históricos. ¿Ha observado algún cambio positivo?
He visto algún cambio positivo, pero hay que recordar que esta es una propuesta a largo plazo. Los métodos y tecnologías de la protección contra incendios progresan rápidamente, pero dar forma a las prioridades de las personas con recursos limitados lleva mucho más tiempo. Me han dicho los colegas que varios seminarios centrados en la protección contra incendios para directores de museos y edificios históricos han tenido una asistencia más entusiasta desde que ocurrió ese incidente. Y programas como este han demostrado cambiar significativamente las opiniones y prioridades de los asistentes. Pero implementar acciones basadas en esos cambios de mentalidad puede llevar tiempo. Los incidentes más recientes ocurridos en Brasil y Francia nos muestran que el problema de los incendios no desaparecerá por sí solo. Es necesario que la motivación para proteger nuestros tesoros de estas amenazas siempre latentes mantenga su fortaleza.
¿Qué desafíos quedan?
Todos debemos permanecer en alerta ante el potencial de estas trágicas pérdidas. No podemos volvernos complacientes contra la amenaza de incendio, que es constante. Todos tenemos recursos escasos y es necesario que el uso de esos recursos para proteger contra incendios sea un valor comunitario antes de que el fuego sea un problema. No sirve de nada lamentarse y hacer un examen introspectivo después de un incendio. Necesitamos implementar programas de protección antes de que sea necesario que funcionen. Un gran problema es que normalmente no escuchamos las situaciones en las que el programa actúa de manera eficaz y se evita un incendio de magnitud. Un programa de protección contra incendios satisfactorio rara vez es una gran noticia.
Los incidentes más recientes ocurridos en Brasil y Francia nos muestran que el problema de los incendios no desaparecerá por sí solo. ¿Puede dar un ejemplo específico de un edificio histórico en el que se hayan incorporado medidas de protección contra incendios modernas?
Mi experiencia se centra en el mercado de los Estados Unidos, donde hay bastantes ejemplos de esto. Parece que el gobierno federal y diversos gobiernos locales han reconocido la necesidad de proveer sistemas automáticos de supresión de incendios para proteger bienes culturales. El Servicio de Parques Nacionales (National Park Service), por ejemplo, ha exigido protección con rociadores u otros sistemas de supresión automática para muchos edificios históricos cuando esos edificios son refaccionados, y en otros casos ha empleado la protección contra incendios como motivo para el inicio de proyectos. Actualmente, hay muchos proyectos de ese tipo en su sistema. Así que ese es un ejemplo de una organización que reconoce la necesidad de proveer la protección.
¿Cuál es su esperanza para el futuro?
Mi esperanza para el futuro es que la gente reconozca que el peligro de incendio para las propiedades de recursos culturales es real, y que estos bienes representan importantes conexiones con nuestro pasado que deben ser protegidas. Y espero que ese reconocimiento se emplee para proporcionar dinero y recursos para protegerlos adecuadamente para las generaciones venideras.